Deseo.

No entiendo cuándo empezó este sentimiento, cuándo empecé a necesitarlo más que nada. Cuándo la unión de nuestros cuerpos se volvió tan necesaria casi tanto como el respirar. En quémomento empecé a cambiar y a volverme lo que soy ahora.

Me asusta y no quiero aceptarlo pero creo que estos años a su lado son lo mejor que me ha podido pasar.

La noche pasada, al igual que ahora, no pude dormir. Después de incontables amenazas de no dejarme en paz si no accedía, hemos quedado que dormiríamos juntos y me sorprendí mirándole fijo; sus facciones tan finas y delicadas, me es irresistible.

La verdad no tiene sentido que le quiera tanto. Hace lo que quiere conmigo, toma mi cuerpo a su voluntad y se mete en mis pensamientos a su antojo. Aún ahora le digo que no siga cuando empieza a tocarme pero cada vez es más imposible resistirme a su toque. Lo deseo tanto.

Sus celos son algo que lleva al extremo sin importar lo que llevamos juntos. Como si pudiera dejarle ahora, con todo lo que me llena; claro que no puedo decírselo. No sé cómo Usagi san hace cosas tan vergonzosas sin un mínimo de vergüenza, yo no puedo ser como él. Mi mente, mis pensamientos, mis sueños, mis deseos y mis razones. Lo ha tomado todo.

Insiste en controlar todo a mí alrededor y no puede soportar que tenga amigos o una devoción por Ijui Sensei, es caprichoso y le gusta que las cosas se hagan sólo como a él le gusta. No acepta un no como respuesta… Ahora que lo pienso, ¡¿por qué siento esto por este hombre?! Más parece un niño pequeño que desfallece si no se le cuida adecuadamente.

Definitivamente hay algo mal conmigo…. Oniichan… perdóname, he perdido el buen camino… ¿Cómo puedo pensar estas cosas ahora?..haaa.. Debería intentar dormir o estaré acabado por la mañana. Bueno, iré a por un vaso de agua, eso me calmará.

-Mi... mi…sa…ki …. Misaki.- hablaba con un hilo de voz apenas audible mientras se giraba en la cama.

-¿Qué pasa, Usagi san?... sólo iré por agua… volveré en un momento. –dije para tranquilizarlo mientras me sentaba de lado en la cama. Creí que estaba dormido. Sin dudas su paranoia lo lleva al límite, no he intentado huir a mi habitación… no, mi exhabitación en mucho tiempo ya.

-Misaki.. –repitió más como si no hablara directamente conmigo.

-Vale, vale, no tardo baaka, sigue durmiendo.- dije en bajo y me levanté para ir directamente a la cocina. Esta casa era ya tan habitual para mí. ¿Cuándo dejé de extrañar mi habitación solitaria?..

“Nuestra habitación” eso dijo la primera vez que me llevó hasta su cuarto a la fuerza. “Nuestra habitación”.

Papá, mamá que están en el cielo, ¿me permiten ser egoísta? ¿Puedo quererlo sólo para mí? ¿Está bien si acepto todo el cariño que me da? Es una actitud inmadura de mi parte porque no busco traerle problemas pero ya no puedo estar lejos de él.

Pronto dejaré la Universidad y el saber que no tendré motivos de quedarme me hacen estremecer y sentirme vacío. No quiero mostrarle lo débil que soy, pero mientras él me quiera a su lado, yo me esforzaré por no ser una carga y así poder mantenerme a su lado.

Al llegar al marco de la puerta no pude evitar dedicarme a mirarle por unos minutos más. Definitivamente era hermoso e infantil. Abrazar como un chiquillo a Suzuki san lo demostraba. ¡¿Cómo una persona que parece tan indefensa cuando duerme, puede hacerme todo tipo de cosas?!

-Mi..saki... misaki… - esta vez estaba seguro, no estaba despierto. Me llamaba entre sueños. – No me dejes, no te vayas- me acerqué sigilosamente y pude oír lo último, me pedía que no le dejara. ¿Usagi san estaba preocupado por mí? ¿Por eso había insistido en que durmiéramos juntos?

Él se había estado preocupando todo el tiempo por el término de la Universidad, me cuidaba más de lo que merecía. Yo buscando no ser una carga para él, tratando de dar los menos problemas posibles y sin darme cuenta meprotegía de nuevo para que no tuviera que alejarme de él.

Esto último me dejó sin fuerzas y, con todo lo que ya llevaba pensando en conjunto con los sentimientos que se agolpaban en mi pecho, me dejaron indefenso. Regresé a su lado en nuestra cama, intentando no despertarle de su sueño. Ya había dejado de abrazar a Suzuki san y se había volteado de nuevo dándome la espalda. Como lo había prometido, no mehabía tocado aunque en ese momento es lo que más deseaba; quería que lo hiciera porque lo necesitaba cerca, quería que me dijera que no me fuera, que me quedara a su lado… pero no podía pedírselo, eso era demasiado para mí. Instintivamente me sonrojé ante tales pensamientos, es algo que no podía evitar siempre que pensaba en él y sus caricias.

Al encontrarme así, me armé de todo el valor de que podía ser capaz, hice a Suzuki san a un lado y me acerqué a su cuerpo. El color de mis mejillas seguramente era ahora más intenso, podía sentir el calor subiendo por mi rostro. Me acerqué lo más que podía sin tocar demasiado su cuerpo y susurre a su oído: Usagi san… no voy a ningún lado. Me quedaré siempre a tu lado...

No había terminado mi intento de ser sincero cuando unos hermosos ojos violetas ya me miraban fijamente. Su expresión era de escepticismo puro. Pero el ser descubierto en tal situación me desarmó y sentí aún más vergüenza y un extraño calor recorrió todo mi cuerpo.

-Baaaakaa Usagi!! ¿cuántas veces te he dicho que no es correcto engañar a los demás? Deja de fingir que duermes– dije molesto, o lo más que podía disimular con mi voz, y giré mi cara para evitar mirarlo, no podía notar lo rojo que estaba, eso sólo lo haría peor. Estaba en mi límite y si seguía mirándole tan cerca no sería capaz de no besarle.

-!!Misaki, repítelo!! – su voz era suave y resonaba en mi cabeza con fuerza, era demasiado para mí.

-No… no era nada… cre..eo que me levantaré a tomar un poco de agua, tengo demasiado calor… je je je… vuel…ve a dormir Usagi san…- estaba demasiado nervioso, tenía que tomar aire y calmarme cuanto antes…

-Misaki… ¿acaso intentas provocarme? Sabes que mi fuerza no es mucha cuando se trata ti y he estado aguantando por mucho, aún teniéndote a mi lado he cumplido y no he hecho nada. Pero si te acercas a mí de esa manera sólo puedes aceptar las consecuencias.

¡Esto era malo! Yo no quería huir realmente pero no podía dejar que supiera cuánto lo deseaba. Intenté levantarme aún sabiendo que si salía de la habitación era seguro que me trajera de regreso a la fuerza. Fue inútil, apenas intenté ponerme en pie me atrajo hacia sí. Su cuerpo frío, en contraste con el mío ahora demasiado caliente, produjo una agradable sensación. Me abrazó por detrás y susurró aquellas palabras que tanto deseaba oír.

-Misaki, te quiero junto a mí. No te vayas de mi lado. Quiero que sólome pertenezcas y que sólo yo pueda tomar tu cuerpo.

No podía contestar ante eso, yo ya estaba deseándolo desde antes. Las lágrimas comenzaron a correr sin sentido, las sentía cálidas bajar por mis mejillas. No quería que me viese en ese estado e intenté cubrir mi rostro con mis manos pero él fue más rápido, tomó mi cara entre sus manos y me miró fijamente. Esos ojos violetas me miraban con tanto deseo que bajé la mirada al sentir cómo enrojecía de nuevo, pero levantó mi rostro de nuevo y me besó, me besó tan profundamente que creí que podría perderme ahí mismo. Mis sentidos sabían lo que querían antes de que mi razón pudiese pararse a pensar.

Nos separamos de ese beso que bien pudo ser eterno. En la oscuridad de ese cuarto aún podía verlo mirarme de esa manera que me hacía sonrojar. Yo tampoco quería que hiciera esto con nadie más. No lo entregaría a nadie. No dejaría que regalase sus caricias a nadie que no fuera yo.

-Misaki, no tienes por qué llorar, siempre estaré a tu lado, no dejaré que te alejes de mí. Aunque sea egoísta de mi parte, no te dejaré ir. ¿Dejarás que te haga mío esta noche?

-Usagi san, deja de hacer preguntas innecesarias, es vergonzoso. –me sonrojé más, si es que eso era posible o así me sentí yo.

¿Cómo podía preguntar algo así? En verdad no tenía límites, pero de alguna manera que no podía explicar, me sentía extasiado de que lo preguntara. Sus palabras resonaban en mi cuerpo con tanta calidez haciéndome reaccionar de una manera que sólo él lograba. Sólo asentí, desviando mi mirada de la suya.

Antes de que lo pensara, ya estaba recostado sobre las sábanas, las frías y grandes manos de Usagi san recorrían con avidez mi cuerpo, despojándomede mis prendas íntimas. En poco tiempo me quedé a su merced. Su lengua se posaba sobre mis labios húmedos que abrí para darle entrada en mi boca; la recorría casi con desesperación mientras una de sus manos me masturbaba con gentileza. Ese tacto era increíble, poder sentirlo de esa manera y saber que sólo era para mí me excitaba aún más. Esta noche no dejaría que mis prejuicios me alejaran de él.

Me separé de aquel beso, pues mi respiración se iba agitando cada vezmás y comenzaba a gemir debido a sus caricias. Comenzó a besar mi cuello y a bajar hasta encontrarse con mis pezones que comenzó a lamer sin detener la mano que recorría mis piernas y la que aprisionaba mi miembro recorriéndolo. Eran demasiadas emociones juntas, sentía cómo mi corazón estaba a mil, a punto de salir de mi pecho; sólo por él, jamás habría alguien como él. Me aferré a las sábanas intentando controlar todo lo que sentía, procurando no gemir con tanta desesperación.

-aah..aa!.. Usa..usagi san… ¡no!... no todo a la vez. Mi corazón va a estallar.- me obligué a mirarlo a la cara y me encontré de nuevo con esos ojos violetas que sólo me miraban a mí con ese amor.

-Misaki, si haces ese tipo de expresiones suplicantes eres aún más tentador. Dime cómo quieres que continúe…

-Usagi san.. pervertido...aah..aa.. Te ... dije que no hicieras... preguntas innecesarias.

-No son innecesarias, quiero que lo disfrutes tanto como yo. Amo todo de ti Misaki, en especial tus lindas y sonrojadas expresiones cuando hago esto. No se las muestres a nadie más…

Esta vez introdujo mi, por demás excitado, miembro en su boca y comenzó a succionarlo. La sensación era indescriptible, por alguna razón era diferente de las otras tantas veces que lo habíamos hecho. Esta noche era especial aunque no pudiera decírselo. Estaba llegando a mí límite, ya no podía contener mis gemidos ni quería hacerlo, era algo que sólo le mostraría a él.

-uuh.. aaa… Usagi san… yo… sólo a ti – pude susurrar entre mis gemidos.

-Aguanta sólo un poco más Misaki… -y calló mi boca con sus labios de nuevo, mientras se acomodaba entre mis piernas para hacerme suyo. Poco a poco lo fui sintiendo entrar en mi interior muy despacio. Procurando lastimarme lo menos posible. Mi agitación iba en aumento y mis gemidos ya no tenían control. Lo sentí entrar y salir de mi cuerpo, cada vez más rápido y acompasé mi agitada respiración a la suya. Sus labios iban de mis labios a mi cuello y mi pecho. Cada parte de mí le pertenecía. De nuevo tomo mi miembro y comenzó a acariciarlo. Era demasiado para mí pero no podía articular palabra, sin mencionar que hubiese sido estúpido interrumpir ese momento con mis quejas. Hubiese querido quedarme unido de esa manera a su cuerpo pero ya no aguantaba más.

-Usagi .. haah..aa! … Usagi san… ¡¡no puedo más!! – y así me vine, manchando nuestros vientres. –Usagi san ¡me gustas! ¡¡Te amo!!

- ¡Misaki… lo dijiste! … Te amo tanto. No te dejaré escapar ahora.-y así sentí cómo me llenó con su esencia. Era el final perfecto, para una noche perfecta. Tanto que no quisiera que terminara nuca. Ambos caímos rendidos en la cama. Me abracé a Usagi san una vez más, no quería dejarle nunca.

-Misaki… ¿dejaste de tener calor?

-¡!Baaka!! a tu lado no podría.Tu cuerpo tiene la temperatura perfecta.

Sólo por esa noche me permitiría ser sincero con él y con el amor que sentía por él.

y bueeno... aquí termina!
se despide YUme!

"...Te quierO, aunq nO te lo haYa dichO ni una sOla vez...pase lO que pAse, sólo tú seRas mi hOmbRe!..." -Yellow-